Por: Jesús David Martínez
@JesusMartinez86
Caracas, 05/05/15
El presente documento tiene como finalidad
contribuir a lograr los grandes objetivos del Proyecto Bolivariano y Chavista.
La revolución bolivariana ha recibido, recibe
y seguirá recibiendo los látigos de la contra revolución hasta que no se haya
derrotado el sistema capitalista que hoy prevalece en el mundo y que es el
principal generador de los grandes males que hoy afecta a la humanidad.
Venezuela por ser el epicentro de los grandes cambios políticos, sociales
económicos tiene una gran responsabilidad ante la humanidad de salir
victoriosa en la construcción del
Socialismo del XXI y para lograrlo hay que destruir el Capitalismo y sus
mutaciones, sabemos que la tareas no es fácil, pero no imposible, la historia
nos dice que si se puede lograr, y estamos obligado hacerlo por la salvación de
la especie humana.
El Capitalismo existe porque existen quienes
lo promueven, a través de una maquinaria, una gran maquinaria mundial de
formadores pro capitalista, es ahí donde encontramos como instrumento de
formación los medios de comunicación, las iglesias, las escuelas, las
universidades entre otras.
Para que el Socialismo del siglo XXI sea una
realidad en el mundo y así garantizarle humanidad a las futuras generaciones, hay que cambiar la cultura pro capitalista a
una cultura pro socialista, para eso debemos usar con eficiencia y eficacia los
instrumentos existentes para tal fin, esto requiere elevar al máximo la
conciencia de clase y garantizar la calidad revolucionaria.
El cambio cultural es educativo, es de
formación de nuevos valores socialista, es decir, de la formación del hombre y
la mujer nueva, con conciencia de clase, con valores hacia lo humano, asimismo,
tener los instrumentos (Métodos, Técnicas) necesarios para ir transformando
nuestro entorno y así cumplir los grandes objetivos que contribuya a la
construcción del Socialismo.
En razón de lo antes expuesto, es necesario
que los centros de formación educativa sean un instrumento para la formación
del hombre y la mujer nueva, partiendo desde las instituciones nacidas en
revolución. Transformar el modelo educativo que responda a las necesidades de
nuestra sociedad, para la construcción
de una nueva interacción de las relaciones humanas, que permita elevar
su calidad de vida y así consolidar el modelo socialista. También ser un instrumento para la defensa de
la Revolución Bolivariana y apoyar la gestión del Gobierno Revolucionario. Que
nuestras instituciones educativas nacida en revolución sean el experimento, y
que se convierta en el epicentro que incidirá en el resto de las instituciones
educativas. No hay por qué tenerle miedo a este planteamiento, a la revolución
bolivariana y su proyecto socialista el pueblo lo ha venido ratificando en
múltiples procesos electorales, eso significa que somos mayoría, y como mayoría
predominante en la sociedad tenemos la responsabilidad de hacer las
transformaciones necesarias para darle respuesta a nuestro pueblo y hacer
irreversible la revolución bolivariana.
Las universidades nacida en revolución, hoy
presente en todos los Estados del país, con más de un millón de jóvenes estudiantes en aula representa un
gran potencial para cumplir grandes objetivos de la revolución y del plan de la
patria como lo es, elevar la producción, contribuir a producir más del 80 % de
lo que consumismo en el país, crear conocimientos científico, técnicos,
metodológicos para el desarrollo integral de la patria, contribuir a la
consolidación de las comunas como las
nuevas relaciones humanas de nuestra sociedad y así desaparecer el Estado
Burgués a un Estado Comunal, Crear las condiciones para impulsar la
constituyente universitaria y así convertir las universidades al servicio del
pueblo y no a los intereses pro capitalista, asimismo, contribuir a la
independencia y la soberanía definitiva y a la defensa de la patria ante las
amenazas imperiales.
Antes los ataques que es objeto la Revolución
Bolivariana sabemos que no tenemos tiempo y que hay que dar respuesta
inmediata. Como ya se hacía mención, las universidades nacidas en revolución es
un gran potencial por su posicionamiento estratégico en el país, y por la
importante concentración de jóvenes estudiantes que tiene en aula y sus
egresados, esto nos permitiría a lo inmediato aplicar unas series de políticas que garantice organizar los
sectores que conforma la comunidad universitaria (Estudiantes, Egresados,
Profesores, Administrativos y Obreros, Autoridades y las Organizaciones
comunitarias) así conformar un gran frente que aplicara las líneas estratégicas
del plan de la patria y hacer de cada universidad un núcleo de impacto
político, social, económico, cultural a nuestra sociedad (Punto y Circulo),
como también ir transformando el sistema educativo y formar profesionales con
conciencia crítica, con los conocimientos técnicos, metodológico para que
contribuyan a transformar la realidad donde quieran que estén. Asimismo,
nuestras universidades deben generar conocimientos científico, tecnológico,
metodológico, académico para el desarrollo integral de nuestra sociedad.
Los conocimientos de nuestros profesionales
egresados de las universidades nacidas en revolución deben estar canalizados
para desarrollar políticas sociales, económicas, científica, tecnológica que
contribuya al desarrollo nacional e incorporarse como los nuevos facilitadores
en las instituciones educativas, con valores socialistas y revolucionarios.
Como en toda revolución, están los que se
resisten al cambio y harán todo lo necesario para impedirlo, es lo que ha
venido haciendo los enemigos de la patria en estos últimos años para impedir
que avance la revolución bolivariana.
En 16
años hemos visto como ha crecido la inclusión educativa a nivel universitaria,
ya eso es un hecho revolucionario, extraordinario, ahora nos toca ir más allá,
dejar ser solo universidades de inclusión a hacer una universidad del pueblo,
en el pueblo, para el pueblo, con el pueblo para su liberación.
Estamos obligados a vencer por la sobrevivencia
de la especie humana.